Tú, Emiliana,
trajiste luz al mundo,
cuando naciste
y alegraste
la vida de tus padres,
de tu familia.
Que Dios bendiga,
Que Dios bendiga,
princesa caribeña,
tus dieciocho
lindos septiembres
llenos de ilusiones
y de promesas.
Eres hermosa,
mas tu alma supera
tu gran belleza.
Luces pionera
en los veloces cambios
de tu futuro
amplio, brillante,
abierto a las Ciencias
y a las Artes.
Profundas, fuertes,
-de tu árbol familiar-
son tus raíces.
Que el sol brille
y la luna alumbre
tu larga vida
con la bendición
del Señor y la Virgen
que bien te aman.