jueves, 6 de febrero de 2014

ELEFANTE. Por Miriam Mireles


                MIRIAM MIRELES  
Miriam Mireles es venezolana. Profesora de Matemáticas y autora de Apenas el cielo se abre (a tres tempos). También lo es de los multimedia: Sueños; Poesía Digital; Mujer Poulí; y Víctor y sus Metarostros. Participó en los libros: Petrarca en Venezuela (2004) y Leonardo da Vinci en Venezuela (2006). Compilados por Valeriano Garbín, Valencia-Venezuela. 

Conocí  a Miriam, junto a un entusiasta grupo de escritores aficionados, en el Taller Literario "Aprenda a narrar escribiendo", dictado por el  conocido escritor venezolano, Israel Centeno en Caracas en 2005. A continuación presento su  estupendo cuento  "ELEFANTE", recientemente publicado por ella en Facebook .  Mi agradecimiento a Miriam por haber aceptado la invitación a editarlo en este blog.


                                                                                            " ELEFANTE


Muy lento. Con su enormidad a cuestas entra un elefante a mi casa. Lentísimo. Sin gestos. Al sentarse en el piso de la sala cruje la madera. Parece inofensivo. No habla. Lo miro detenidamente tratando de adivinar qué quiere. El rostro enmarcado por sus batientes orejas huele a azufre. El sexo también se ve desgastado. Antiguo. Lleno de algas y raíces secas. Se mueve entre la puerta de la casa y la sala, desde allí intenta hablarme. No sabe hacerlo. Sólo balbucea algunas palabras. Sin sentido. Hace días mientras murmuraba incoherencias, sus deslucidas ojeras con bolsas de color morado se oscurecieron. Al tratar de mover su boca, las puntas del extraño bigote fueron masticadas por las comisuras. El elefante rompió las tablas que cruzaban la sala de pared a pared y deshizo la escalera. No consigo cómo buscar mis objetos personales que quedaron arriba en la habitación. Tampoco puedo entrar al baño. No he hecho ningún esfuerzo para huir de esta casa, aún a costa de quedarme sin provisiones (de las que había guardado para cuando viniera lo peor). El desasosiego me ha inmovilizado. Por las noches no duermo. Cuando el sueño me vence y él dobla involuntariamente sus patas, apenas me permito dormitar sobre los trapos de la cocina. A veces me refugio en el pequeño patio trasero cercado por paredes muy altas. Mi piel que la he cuidado tanto se ha vuelto gruesa, áspera, dura. No he hablado con ninguna persona desde que el elefante con extraño bigote habita mi casa. Nadie ha tocado a mi puerta. Temo convertirme en un gran animal con bigote. Alguien pudiera decir que no estoy asustada. Quizás. Siento que me estoy volviendo paquidermo. Que estoy muriendo. Que no tengo lugar. Que no tengo lugar donde desahogar esta cobarde melancolía.


R2013MiriamMireles"

@Miriam_Mireles

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